Pocas imágenes de la poesía en nuestra lengua pueden sernos tan poderosas como la voz poética de Amanda Berenguer atravesando el inframundo para preguntar por los desaparecidos ¿Cuántos viajes, algunos incluso tan desgraciados, nos deparó el léxico al separarse de nosotros?
Mientras son las cópulas de cada nombre con su objeto, cada sitio con su territorio, cada deseo con sus labios, verso a verso se estremecen nuestras identidades. Amanda no solo subtitula este libro sino que añade epígrafes, frases en otros idiomas, referencias, guiones, dudas y aliteraciones que perpetúan las distancias y acercamientos entre bocas y vocablos. El dibujo del poema sobre la hoja traza en este libro un sitio de reescritura, confianzas y preguntas.
¿Cuán lejos estamos del punto de partida? ¿Hacia dónde era que habíamos querido dirigirnos? ¿Qué tipo de claridades traza la palabra para conducirnos?
Ningún mapa es completo, ningún vacío puede ser contemplado:
Hay huecos de almíbar y alcohol
en el aire mullido donde retozamos.
